Las Princesas y el topo
Se encontraba roncando pero bien cuando las oyó revolotear. - Ya están estas liándola… Estiró el cuerpo para desperezarse, bostezó largamente y aún sin haber recuperado el sentido por completo, se dirigió a la cocina y el gato tras él en modo cazador. Encendió el hornillo y entre las dos colocaron la cafetera encima mientras el gato intentaba atraparlas. Como eran muy dispuestas le hicieron un mini-bocata de chorizo (alimento favorito del gato) y el minino intentó robárselo. Echó un trago de agua. Recuperó la noción espacio-tiempo y descubrió que aquel felino era su Mickey. - Ven padre, toma tu pienso. Las dos hermanas se acercaron a curiosear el plato y el felino se enfadó porque si había algo que odiaba en la vida era que le incordiasen y las perseguía de uñas pretendiendo justa venganza. Viéndose incapaz de alcanzarlas y como la constancia no era su principal virtud, con desprecio, salió al corral para tomar el fresco no sin antes declamar vari